... a esta página, escrita para mi solo y dedicada a los amantes de Las Bellas Artes y a todos aquellos empeñados en la búsqueda de La Belleza.

Emilio Clemente Muñoz

 

Arquitecto Técnico y amante de las Bellas Artes, de la Naturaleza salvaje, del Buen yantar y del Prójimo (temas sobre los que versará esta página).

 

Apasionado en la búsqueda de La Belleza, en el más amplio sentido del término, de La Alhambra de Granada y de Valhermoso, mi pueblo natal

 

 DEDICATORIA:

 

Dedico esta página a mi esposa Mila (in memoriam) y a mis hijos, Emilio y Antonio, por el inestimable amor y ayuda que me han prestado.


Reflexión

“Yo, Emilio, hijo de padre del mismo nombre y de su esposa Marina, he escrito esta página. No para cantar las alabanzas de nadie. No para alabar a los gobiernos de turno, porque estoy cansado de sus actos. Escribo para mí solo. No para halagar a alguien, ni por miedo al provenir ni por esperanza. Porque durante mi vida he pasado tantas pruebas que el vano temor no puede atormentarme. Es, pues, para mí solo para quien escribo.”

 

Esta reflexión, rememorando a Mika Waltari en Sinuhé el egipcioexpresa y coincide con mi pensamiento, a la vez que intento brindarle mi pequeño homenaje en el tiempo, desde este lugar del mundo.

 

La Inquisición española, la Revolución francesa y el comunismo: Las cifras de muertos que dejan al descubierto una leyenda negra y dos leyendas rosas.- Leer+

MIS LIBROS


La Casa Grande de Valhermoso

Casona típica molinesa del siglo XVIII

Óleo sobre lienzo 50x40

Autor: Emilio Clemente Muñoz

De la música

Novena Sinfonía en RE Menor, Op. 125.- Presto Allegro, (Oda a la Alegría, letra de Friedrich von Schiller ): Ludwig van Beethoven.


De los sítios


De Las Bellas Artes

Miguel de Cervantes

De La Belleza

Rosetón en Notre Dame de Paris. La luz fue considerada como la revelación más hermosa

de Dios, como se manifestó en la arquitectura gótica.

La Belleza en La Naturaleza

"La Naturaleza sin la señal de la mano del hombre es más sublime.": Jaime Balmes

La belleza de la naturaleza es un tema recurrente en la vida moderna y en el arte: los libros que la ensalzan llenan grandes estanterías de bibliotecas y librerías. Esa cara de la naturaleza, que el arte (fotografía, pintura, poesía...) tanto ha retratado y elogiado revela la fuerza con la que muchas personas asocian naturaleza con belleza. El porqué de la existencia de esa asociación y en qué consiste ésta constituyen el campo de estudio de la rama de la filosofía llamada estética. Más allá de ciertas características básicas de la naturaleza en cuya hermosura coinciden la mayoría de filósofos, las opiniones son prácticamente infinitas. 

Muchos científicos, que estudian la naturaleza de forma más específica y organizada, también comparten la idea de que la naturaleza es hermosa. El matemático francés Jules Henri Poincaré (1854-1912) dijo: 

"El científico no estudia la naturaleza porque es útil, sino porque le cautiva, y le cautiva porque es bella.

Si la naturaleza no fuera hermosa, no valdría la pena conocerla, y si no valiera la pena conocerla, tampoco valdría la pena vivir. Por supuesto, no me refiero aquí a la belleza que estimula los sentidos, la de las cualidades y las apariencias; no es que la desdeñe, en absoluto, sino que ésta nada tiene que hacer con la ciencia. Me refiero a la belleza más profunda, la que procede del orden armonioso de las partes y que puede captar una inteligencia pura."

De La Literatura

Francisco Gómez de Quevedo y Santibáñez Villegas

El Buscón (fragmento)

-Quien no hurta en el mundo, no vive. ¿Por qué piensas que los alguaciles y jueces nos aborrecen tanto? Unas veces nos destierran, otras nos azotan y otras nos cuelgan..., no lo puedo decir sin lágrimas (lloraba como un niño el buen viejo, acordándose de las que le habían batanado las costillas). Porque no querrían que donde están hubiese otros ladrones sino ellos y sus ministros. Mas de todo nos libró la buena astucia. En mi mocedad siempre andaba por las iglesias, y no de puro buen cristiano. Muchas veces me hubieran llorado en el asno si hubiera cantado en el potro. Nunca confesé sino cuando lo mandaba la Santa Madre Iglesia. Preso estuve por pedigüeño en caminos y a pique de que me esteraran el tragar y de acabar todos mis negocios con diez y seis maravedís: diez de soga y seis de cáñamo. Mas de todo me ha sacado el punto en boca, el chitón y los nones. Y con esto y mi oficio, he sustentado a tu madre lo más honradamente que he podido. 
-¿Cómo a mí sustentado? -dijo ella con grande cólera. Yo os he sustentado a vos, y sacádoos de las cárceles con industria y mantenídoos en ellas con dinero. Si no confesábades, ¿era por vuestro ánimo o por las bebidas que yo os daba? ¡Gracias a mis botes! Y si no temiera que me habían de oír en la calle, yo dijera lo de cuando entré por la chimenea y os saqué por el tejado. 

                                                                                                                                       siguiente